Abogado y Procurador: Diferencias y Funciones Principales
En el ámbito legal, es esencial entender las diferencias y funciones de dos figuras clave: el abogado y el procurador. Aunque ambos desempeñan roles cruciales en el sistema judicial, sus responsabilidades, formación y áreas de actuación son distintas. Este artículo ofrece una guía detallada para comprender estos roles y elegir adecuadamente entre estos profesionales según las necesidades legales.
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Comprendiendo los Roles: Abogado vs. Procurador
En el mundo legal, la distinción entre abogado y procurador a menudo genera confusión. Aunque colaboran estrechamente, sus roles son específicos y complementarios dentro del sistema judicial. Los abogados son profesionales del derecho que brindan asesoramiento legal, investigan casos y representan a sus clientes en procedimientos judiciales. Por otro lado, los procuradores se centran en tareas procesales, como presentar demandas, notificar a las partes involucradas y llevar a cabo los trámites administrativos necesarios en los tribunales. Ambos desempeñan un papel esencial en la defensa de los intereses de sus clientes, trabajando en conjunto para garantizar una representación legal efectiva en cualquier proceso legal.
Definición y Funciones de un Abogado
Un abogado es un profesional del derecho que asesora y representa a clientes en asuntos legales. Su formación en diversas ramas del derecho le permite interpretar leyes, elaborar documentos legales y defender los intereses de sus clientes en juicios y negociaciones. Además de su conocimiento técnico, los abogados deben poseer habilidades de comunicación, negociación y análisis crítico. Algunas de sus funciones son:
- Investigación Legal: Los abogados llevan a cabo investigaciones exhaustivas para comprender los antecedentes y detalles de un caso. Esto incluye revisar leyes, regulaciones y precedentes legales relevantes, así como investigar hechos, recopilar pruebas y entrevistar testigos para construir una sólida base para la defensa de sus clientes.
- Representación en Negociaciones: Los abogados representan a sus clientes en negociaciones legales, como acuerdos extrajudiciales, mediaciones y arbitrajes. Utilizan sus habilidades de negociación para buscar soluciones que beneficien a sus clientes y eviten costosos y prolongados litigios.
- Asesoramiento Estratégico: Los abogados brindan asesoramiento estratégico a sus clientes, evaluando riesgos y opciones legales. Ayudan a sus clientes a tomar decisiones informadas sobre cómo abordar situaciones legales y a diseñar estrategias legales efectivas para alcanzar sus objetivos.
Definición y Funciones de un Procurador
El procurador, por otro lado, actúa como intermediario entre el cliente y los tribunales. Su función principal es la representación procesal, asegurando que los procedimientos judiciales se realicen conforme a la ley. Gestiona la presentación de documentos, notificaciones y plazos procesales, y se encarga de la ejecución de sentencias. Su papel es fundamental para garantizar la agilidad y eficacia del proceso judicial.
- Representación Procesal: Los procuradores representan a sus clientes en cuestiones procesales ante los tribunales. Esto incluye presentar demandas, responder a notificaciones judiciales, y llevar a cabo los trámites necesarios para que el caso avance de manera adecuada.
- Notificaciones Legales: Los procuradores se encargan de notificar a las partes involucradas en un caso sobre los procedimientos legales en curso. Esto garantiza que todas las partes estén informadas y tengan la oportunidad de responder a las acciones legales de manera oportuna.
- Gestión Documental: Los procuradores son responsables de administrar y presentar la documentación legal ante los tribunales. Esto incluye la presentación de documentos judiciales, la obtención de sellos de tiempo y la gestión de expedientes para garantizar que todos los documentos estén en regla y se presenten de manera adecuada durante el proceso legal.
Principales Diferencias entre Abogado y Procurador
Entender las diferencias entre estas dos profesiones es crucial para saber a quién acudir según la situación legal. Si por ejemplo, necesitas asesoramiento jurídico o defensa en un juicio, debes contratar a un abogado. Por otro lado, si necesitas agilizar los trámites judiciales o recibir y entregar notificaciones, es al procurador a quien debes acudir.
Ámbitos de Actuación y Responsabilidades
Mientras el abogado se centra en la defensa y asesoramiento legal, el procurador se especializa en la tramitación procesal y representación ante los tribunales. El abogado diseña la estrategia legal, mientras que el procurador se asegura de que todos los trámites se realicen correctamente y en tiempo.
Formación y Requisitos Profesionales
La formación de un abogado incluye un grado en derecho y, a menudo, estudios de posgrado o especialización en áreas específicas del derecho. Por su parte, el procurador también estudia derecho, pero su formación se enfoca más en la práctica procesal y administrativa. Ambos deben estar colegiados en sus respectivos colegios profesionales para ejercer.
Honorarios y costes
Los honorarios de un abogado dependen de la complejidad del caso, el tiempo dedicado, y el resultado obtenido. En el caso de un procurador, sus honorarios se basan en el arancel establecido por el Ministerio de Justicia, que varía según el tipo de procedimiento y la cuantía del asunto. Además, el procurador cobra una provisión de fondos para cubrir los gastos del proceso, como tasas, copias, o desplazamientos.
Relación con el cliente
El abogado tiene una relación directa y personal con el cliente, ya que le asesora, le informa, y le defiende. El procurador tiene una relación más formal y técnica con el cliente, ya que se limita a representar y a comunicarle las notificaciones judiciales. El procurador suele actuar por medio del abogado, que es quien le designa e instruye .
Obligaciones legales
El Secreto Profesional es una “inmunidad” que habilita al abogado para negarse lícitamente a entregar a una autoridad pública cierta información relacionada con los servicios que presta. Y es que este profesional está obligado a guardar este secreto profesional sobre todo lo que conozca por razón de su actividad, salvo que sea requerido por la autoridad judicial o por el cliente. El procurador también está sujeto al secreto profesional, pero tiene el deber de colaborar con la Administración de Justicia y de facilitar el acceso a la información procesal a las partes interesadas.
Colaboración entre Abogados y Procuradores
La colaboración entre abogados y procuradores es esencial para el buen funcionamiento de la justicia y la protección de los derechos e intereses de los clientes. Ambos profesionales actúan con independencia, pero coordinados, cada uno en su ámbito de competencia, para ofrecer un servicio integral de defensa y representación.
También se basa en la confianza, la comunicación y el respeto mutuo. El abogado designa e instruye al procurador, que actúa como su intermediario ante el juzgado. El procurador informa al abogado de las notificaciones y diligencias que recibe, y le facilita los documentos y medios necesarios para el ejercicio de la defensa. El abogado y el procurador se consultan y asesoran sobre las cuestiones que afectan al proceso.
La colaboración entre abogados y procuradores también se refleja en la posibilidad de integrarse en la misma sociedad profesional. De hecho, la ley recientemente permite que las sociedades de profesionales de la abogacía puedan incorporar a procuradores como socios, y viceversa, siempre que se preserven las competencias, responsabilidades y obligaciones propias de cada profesión.
Cómo trabajan juntos en el Sistema Judicial
En el proceso judicial, el abogado y el procurador trabajan mano a mano. El abogado desarrolla la estrategia legal y argumenta el caso, mientras que el procurador se encarga de los aspectos procesales, como la presentación de documentos y el seguimiento de los plazos.
Además, el abogado y el procurador colaboran con otros profesionales de la justicia, como los jueces, los fiscales, los letrados de la administración de justicia, los trabajadores sociales y los peritos, que intervienen en las distintas fases del proceso y aportan sus conocimientos y criterios. Todo esto contando con que ambos profesionales deben respetar las normas éticas y deontológicas que rigen su actuación, así como las leyes y reglamentos que regulan el funcionamiento del sistema judicial.
Casos y ejemplos prácticos
En casos civiles, por ejemplo, el abogado redacta la demanda basándose en los hechos y el derecho aplicable, y el procurador se encarga de presentarla ante el tribunal y realizar el seguimiento del caso. En procesos penales, esta colaboración también es clave, donde el abogado defiende al acusado y el procurador asegura que los trámites procesales se cumplan adecuadamente.
Imagina que Juan es acusado de un delito de robo con violencia y que contrata a Pedro, un abogado penalista, para que lo defienda. Pedro se encarga de estudiar el caso, entrevistar a Juan y a los testigos, recabar las pruebas que puedan exculparlo o atenuar su responsabilidad, y elaborar la estrategia de defensa. Pedro también designa a María, una procuradora, para que lo represente ante el juzgado y se ocupe de los aspectos formales del proceso. María se encarga de presentar la demanda y los escritos de Pedro, recibir las notificaciones del juzgado, comunicarlas a Pedro y a Juan, y cumplir con los plazos y requisitos establecidos por la ley. María también acompaña a Pedro y a Juan en las comparecencias y vistas que se celebren, y actúa como intermediaria entre ellos y el juez, el fiscal, y la parte contraria. Gracias a la colaboración entre Pedro y María, Juan puede contar con una defensa eficaz y una representación adecuada en el proceso penal.
Importancia de elegir el profesional adecuado
Situaciones en las que se requiere a cada profesional
La elección entre un abogado y un procurador depende de la naturaleza y necesidades del caso legal. Si necesitas asesoramiento jurídico o defensa en un juicio, debes elegir un abogado que se especialice en el área del derecho que corresponda a tu situación. El abogado te orientará sobre tus derechos y obligaciones, te ayudará a preparar tu caso y te representará ante el tribunal o la administración. Por ejemplo, si quieres reclamar una indemnización por un accidente laboral, debes contratar a un abogado laboralista que conozca la normativa y la jurisprudencia aplicables.
Cuando se trata de gestionar los documentos y plazos que se requieran, y de comunicar las resoluciones del juzgado donde necesitas agilizar los trámites judiciales o recibir y entregar notificaciones, debes elegir un procurador que tenga experiencia en el tipo de procedimiento que se siga. Un procurador sería útil si quieres interponer un recurso de apelación contra una sentencia, quien te informaría sobre el funcionamiento de la segunda instancia y los pasos a seguir.
En algunos casos, es obligatorio contar con la asistencia de ambos profesionales, mientras que en otros, es opcional o no es necesario. Esto depende de la cuantía, la materia y la fase del proceso. Por ejemplo, en los juicios verbales cuya cuantía no exceda de 2.000 euros, no es obligatorio tener abogado ni procurador, salvo que se trate de materias especiales como arrendamientos o propiedad horizontal. En los juicios ordinarios, sin embargo, sí es obligatorio tener abogado y procurador, independientemente de la cuantía. También en los recursos de casación y extraordinario por infracción procesal, es obligatorio tener abogado y procurador, y además, el abogado debe tener una antigüedad mínima de diez años en el ejercicio de la profesión.
Consejos para escoger entre abogado y procurador
Al seleccionar un abogado, es crucial considerar no sólo su formación académica, sino también una variedad de cualidades y habilidades que pueden ser decisivas para el éxito en un juicio, dependiendo de la naturaleza del caso. Por ello, desde UNIE Universidad queremos brindarte algunos consejos útiles para que, si te encuentras en una circunstancia que requiera asistencia legal, puedas elegir al profesional jurídico que mejor se ajuste a tu persona:
- Busca un profesional que se adapte a tus necesidades, presupuesto y expectativas. Puedes consultar las opiniones de otros clientes, las referencias de amigos o familiares, o las páginas web de los colegios profesionales.
- Valora la experiencia, la especialización y la formación del profesional. Es importante que el abogado o el procurador conozca bien el ámbito del derecho en el que se enmarca tu caso, y que tenga los conocimientos y habilidades necesarios para defenderlo.
- Establece una relación de confianza, comunicación y transparencia con el profesional. Es fundamental que el abogado o el procurador te informe de forma clara y honesta sobre las opciones, los riesgos, los costes y los plazos de tu caso, y que respete tu voluntad y tus intereses.
- Compara las opciones disponibles y elige la que te ofrezca más garantías y seguridad. No te dejes llevar por ofertas demasiado baratas o promesas irrealizables. Recuerda que la calidad y la profesionalidad tienen un precio, y que tu caso puede depender de ello.
Ser un buen abogado o procurador no es tarea fácil. Por eso en UNIE ofrecemos el Máster Universitario en Acceso a la Abogacía y la Procura, que ofrece una formación integral y profesionalizante, ideal para aquellos que buscan ejercer la abogacía. Su plan de estudios innovador incluye asignaturas clave en el ámbito procesal, y su modalidad virtual permite estudiar desde cualquier parte del mundo con acceso a Legal Quiz, la herramienta online de Lefebvre con la que podrás entrenarte para superar con éxito el examen de acceso a la Abogacía. Además, brinda una oportunidad de colaboración entre profesionales y el campo de la investigación jurídica, preparando a los estudiantes para los desafíos jurídicos actuales y facilitando el acceso a doctorados y nuevas líneas de investigación.