Tips para compaginar una carrera universitaria con el trabajo
Entre los jóvenes de 16 y 29 años, 1 de cada 3 compagina estudios con trabajo, concretamente un 32,5% , según el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Estudiar una carrera universitaria es de por sí una tarea que requiere tiempo y esfuerzo, imaginad hacerlo y, a la vez, tener que trabajar para costearla. ¿Qué podéis hacer si os encontráis ante esta situación?
Costear los estudios y los gastos promedio mensuales entre los que se incluyen las compras semanales, las salidas sociales o cualquier contratiempo que pueda surgir, ha resultado en la aparición de una generación resolutiva que busca formas de poder estudiar y trabajar a la vez.
El proyecto Eurostudent, encargado de la recopilación y documentación de las condiciones sociales y económicas de la vida de los estudiantes en Europa, publicó en la edición número VII de su investigación -datos que abarcan entre 2018 y 2021- que el 50% de los estudiantes universitarios europeos trabajan para pagar sus estudios.
España no participa en el proyecto desde el cuarto número en 2015, pero se estima que los datos actuales oscilan entre el 40% y 50%, en la línea de países como Alemania y Países Bajos. En 2020, según un estudio de la Encuesta de Población Activa (EPA) casi 700.000 menores de 29 años compaginaba los estudios y trabajo.
Teniendo en cuenta este contexto, ¿están preparadas las universidades para ser flexibles con los horarios de los estudiantes? ¿El círculo laboral está dispuesto a dar horas libres a los trabajadores que necesiten ir a exámenes y entregas de ejercicios obligatorios para aprobar? Y, por último, ¿están los alumnos preparados para ejecutar ambas cosas?
Organización con tu entorno laboral y con la universidad
Antes que nosotros, muchos consiguieron compaginar el estudio y el trabajo acudiendo presencialmente a la universidad con resultados muy satisfactorios. Este modelo implica un aprendizaje en las aulas que te permitirá plasmarlo en tu trabajo. ¿Qué mayor satisfacción que comprobar por ti mismo que lo aprendido cobra sentido cuando lo trasladas a lo laboral?
No debemos olvidarnos de las notas, pero si nos centramos en aprender y entender lo que estamos estudiando, los resultados llegarán solos. Lo más importante en este punto es organizar tu calendario universitario para evitar agobios con las entregas y exámenes. Debemos ser implacables con el orden.
Por otro lado, y como es obvio, en nuestro entorno laboral también se nos pedirán unos rendimientos mínimos. Lo primordial en estos casos es dejar clara tu situación al incorporarte. Por lo general, las empresas más modernas tienden a facilitar la compatibilidad con el estudio, puesto que incide directamente en su beneficio: cuanto más conocimiento tengas, mejores resultados obtendrás en tu puesto y mejores rendimientos obtendrá el negocio.
Si hablando se entiende el ser humano, con las universidades y los trabajos pasa lo mismo. A la hora de embarcarte en realizar exámenes y presentaciones de trabajos, lo más importante es ser transparente tanto con tus superiores laborales como con tus profesores. Recuerda: or-ga-ni-za-ción. Estamos seguros de que lo van a entender. De momento, te dejamos con algunos tips para que le pierdas el miedo a dialogar.
¿Qué podemos hacer para afrontar una carrera universitaria y el trabajo?
Debemos ser conscientes de que nosotros mismos debemos facilitarnos la dualidad y tener claro lo que lo que queremos hacer, ser constantes, tener una visión futura amplia y moldeable y ser muy organizados.
Podemos buscar unas prácticas o una ocupación que nos permita compaginarlo sin problema con los estudios. Por ejemplo, un empleo de fines de semana es perfecto para lograrlo, así tenemos el resto de la semana libre para centrarnos completamente en los estudios.
De todos modos, sabemos que la vida universitaria es muy tentadora y no queremos perdernos ningún plan social al final de la semana. Tranquilo, para ello otra solución es buscar un empleo a media jornada de tardes o de mañana, dependiendo de tu horario académico. Esta suele ser la opción más común: organizarte las mañanas para trabajar y por la tarde acudir a clase. O a la inversa. A gusto de cada uno.
Además, te proponemos unos ítems a tener en cuenta:
- Máxima planificación. Es prioritario que seas organizado y mantengas todo al día. Establece unos horarios, tanto de materias académicas como de tiempo social.
- Buen espacio de estudio. Has de encontrar el lugar que más te motive para estudiar. Por ejemplo, si estudias mejor en la biblioteca que en tu propia casa, busca una que esté bien ubicada para perder el menor tiempo posible. En cambio, si estudias desde casa, constrúyete un buen espacio de estudio, que esté bien iluminado y sea silencioso.
- Descansa correctamente. Dormir entre 7 y 8 horas diarias hará que estemos más concentrados, optimizando el tiempo que dediquemos al estudio. Evitemos las salidas sociales entre semana.
- Buena alimentación. La comida es nuestro combustible. Por eso hemos de comer de manera sana y equilibrada. Algo de chocolate nos ayuda a concentrarnos, pero en su justa medida.
- Busca un empleo que te permita flexibilidad horaria. Como hemos visto en el punto anterior, es clave encontrar un empleo que sepan desde el primer momento que estamos estudiando.
Beneficios que nos aportará compaginar el trabajo con los estudios
Para muchas personas, compaginar el mundo académico y el laboral es una cuestión de necesidad. Para otros, se trata de una elección personal que nos enriquece y nos hace sentirnos orgullosos de nosotros mismos. Pero ¿qué beneficios aporta realmente?
- Autonomía. Tenemos independencia económica, capacidad de tomar decisiones por nosotros mismos o mirar por nuestros intereses. Comenzamos el aprendizaje para la vida adulta: decisiones de ahorro, prioridades, gestión de tiempo...
- Ventaja competitiva. Esto es fundamental si encontramos un empleo que sea de la misma rama que estamos estudiando, ya que ganaremos tiempo de ventaja respecto al resto de tus compañeros de carrera. Las empresas quedarán impresionadas por nuestra capacidad de haber podido estudiar y trabajar a la vez. Un punto de organización, eficiencia y competencia que nos impulsará en un proceso de selección.
- Mejora de autoestima. Nos ponemos retos complicados y los sacamos adelante, por muy duros que sean. Una alta autoestima impulsa los niveles de motivación, concentración y ejecución.
- Crecimiento de las capacidades organizativas. El punto más claro de todos. Compaginando empleo y estudios desarrollamos una capacidad de organización que no tienen otros, lo que nos da ventaja en un futuro.
En definitiva, estudiar una carrera universitaria mientras trabajas es una tarea complicada, pero no imposible. Es clave encontrar un empleo que nos permita compaginar ambas cosas, aunque dependen otros factores como la organización o la motivación. Si lo conseguimos, obtendremos muchos beneficios que nos otorgarán ventaja en el futuro.