El tecnoestrés. ¿Un nuevo riesgo laboral en las empresas?
En los últimos años, la tecnología se ha vuelto una parte indispensable de nuestras vidas. Desde el momento en que nos despertamos hasta que nos vamos a dormir, estamos rodeados de dispositivos electrónicos, aplicaciones y plataformas digitales. Y aunque esto nos ofrece innumerables beneficios, como el acceso instantáneo a la información y la capacidad de estar conectados en todo momento, también tiene su “lado oscuro”.
A medida que nos volvemos más dependientes de la tecnología, muchas personas experimentan lo que se conoce como tecnoestrés. Este término se refiere al estrés relacionado con el uso de la tecnología, y surge cuando las demandas tecnológicas superan nuestra capacidad para manejarlas de manera saludable, generando ansiedad, agotamiento e incluso adicción. Si esto lo unimos a que cada vez es más normal ver este tipo de tecnologías en nuestro trabajo, y puede convertirse en nuevo riesgo laboral. Un problema que desde UNIE Universidad, te queremos explicar.
Diferentes tipos de tecnoestrés
Tecnoansiedad
La tecnoansiedad se refiere a la sensación de ansiedad o nerviosismo que algunas personas experimentan cuando se enfrentan a nuevas herramientas o software desconocido, y esto también sucede en el ámbito laboral. Cuando los trabajadores sienten que no tienen las habilidades tecnológicas necesarias o se ven abrumados por el ritmo acelerado de los avances tecnológicos, se genera miedo a cometer errores, o incluso el rechazo a utilizar tecnología para evitar estas emociones negativas. Este tipo de estrés no solo afecta el bienestar del trabajador, sino también su productividad y por ende a la de su empresa, convirtiéndose en un factor de riesgo laboral que debe ser gestionado adecuadamente.
Tecnoadicción
La tecnoadicción es otro tipo de tecnoestrés y ocurre cuando una persona se vuelve dependiente del uso de la tecnología, hasta el punto de que interfiere con su vida diaria o con su trabajo. Esta dependencia no se limita solo a los videojuegos o las redes sociales, sino que también puede incluir la necesidad constante de revisar correos electrónicos, whatsapps o ‘scrollear’ por aplicaciones como Instagram o TikTok. En el entorno laboral, la tecnoadicción puede generar una desconexión con las tareas profesionales, afectando la concentración, productividad y eficiencia, además de interferir en las relaciones interpersonales con compañeros de trabajo.
Tecnofatiga
La tecnofatiga es el agotamiento mental y físico que resulta del uso excesivo de la tecnología. Este tipo de fatiga es cada vez más común, especialmente en entornos laborales donde se pasa mucho tiempo frente a pantallas, tanto en la oficina como fuera de ella. La tecnofatiga se manifiesta en síntomas como cansancio, dolores de cabeza, fatiga visual y falta de concentración.
Causas del Tecnoestrés
Exceso de información y sobrecarga tecnológica
Una de las causas más comunes del tecnoestrés es el exceso de información. Actualmente la tecnología nos bombardea continuamente con datos, correos electrónicos, notificaciones y mensajes; y los trabajadores pueden verse abrumados por la cantidad excesiva de información que deben procesar. Esta sobrecarga tecnológica afecta la capacidad de concentración, incrementa el estrés y dificulta la toma de decisiones.
Expectativas de disponibilidad constante
>Otra causa es la expectativa o el intento de estar siempre disponibles. Con los teléfonos actuales y las aplicaciones de mensajería instantánea, se ha vuelto común que los empleados sientan la presión de responder rápidamente a cualquier hora del día. Esto crea una presión constante para estar conectados y responder de inmediato, lo que puede interferir con nuestro descanso y desconexión haciendo que los límites entre la vida personal y laboral desaparezcan.
Cambios rápidos en la tecnología
Lo que era novedoso ayer puede volverse obsoleto mañana, y esto obliga a las personas a adaptarse constantemente a nuevas formas de trabajar y comunicarse. Este ciclo continuo de actualización y aprendizaje puede resultar agotador, especialmente para quienes prefieren la estabilidad y la familiaridad en las herramientas tecnológicas que usan en su día a día.
¿Cómo acabar con el tecnoestrés?
Técnicas de manejo del tiempo y organización
Una de las maneras más efectivas de reducir el tecnoestrés es aprender a gestionar nuestro tiempo de manera eficiente. Esto implica establecer horarios claros para el uso de la tecnología, especialmente en lo que respecta al trabajo. Crear una lista de tareas priorizadas y utilizar herramientas de gestión del tiempo, como calendarios digitales o aplicaciones de productividad, puede ayudarnos a mantenernos enfocados y evitar la sobrecarga de tareas. Además, es importante programar descansos regulares lejos de las pantallas para evitar el agotamiento mental.
Prácticas de desconexión digital
Desconectar del mundo digital es prácticamente lo que necesitamos para combatir el tecnoestrés. Esto no significa renunciar a la tecnología por completo, sino establecer límites saludables en su uso. Una práctica útil es implementar "zonas libres de tecnología" en casa o en el trabajo, donde ciertos dispositivos no estén permitidos.
Formación y desarrollo de competencias tecnológicas
Otra estrategia importante es invertir tiempo en la formación y el desarrollo de habilidades tecnológicas. Muchas veces, el tecnoestrés surge de la falta de conocimientos sobre cómo utilizar adecuadamente las herramientas tecnológicas. Participar en cursos de formación, ya sea a través de talleres, webinars o recursos en línea, puede aumentar nuestra confianza y competencia en el uso de la tecnología. Al sentirnos más capacitados, reducimos la ansiedad asociada con el aprendizaje de nuevas tecnologías y mejoramos nuestra productividad.
Por tanto, en un ambiente de trabajo que prioriza el bienestar de los empleados, es fundamental establecer límites claros sobre el uso de la tecnología. Esto incluye definir horarios de trabajo que permitan desconectar fuera del horario laboral y evitar la expectativa de estar siempre disponibles.