La importancia del descanso en el estudio
Habrás escuchado que el estudio, más que un sprint, es una carrera de fondo. De nada sirve apretar los dientes el último día si no hemos ido leyendo, memorizando y resumiendo a lo largo de los meses. Cada estudiante tiene su forma particular de enfrentarse a los libros de texto y los temarios y la técnica de uno no tiene por qué ser válida para otro. Lo que sí es importante para todos es el descanso.
Ya seas un estudiante machacón o te luzcas más con cortas e intensas jornadas de estudio, vas a necesitar descansar entre medias. Y ese descanso y cómo lo hagas será fundamental para tu rendimiento. Los expertos están de acuerdo en que nuestro cerebro aprende mejor si descansa mejor. Esto es válido tanto para el descanso nocturno como para los ‘breaks’ entre horas. En UNIE queremos que rindas bien y, sobre todo, que descanses bien.
¿Por qué es importante el descanso en los estudiantes?
Los períodos de exámenes o aquellos en los que tenemos que ir manteniendo un esfuerzo mental constante suponen un estrés para nuestro cerebro. Lo ponemos a prueba y necesitamos contar con momentos de esparcimiento y descanso que le permitan resetearse. En general, un adolescente o un universitario necesita en torno a ocho horas de sueño nocturno, con horarios regulares, para despertar con fuerzas y afrontar una jornada frente a los libros. Un estudio de la Sleep Foundation considera que menos de ocho horas merman el rendimiento.
Adquirir hábitos de sueño y procurar no saltárselas ni modificarlos supone una mayor eficiencia diurna. Durante la noche, nuestro cerebro asienta lo aprendido, regenera sus capacidades y prepara el ‘sistema operativo’ para otra dura jornada de estudio. Muchos estudiantes prefieren la noche para sentarse ante los libros, pero los expertos lo asocian a un rendimiento más bajo, precisamente por la importancia que tiene el descanso en el estudio en un horario racional.
El complemento perfecto a un buen descanso por la noche son esos momentos de ocio, esparcimiento o simple reposo durante las jornadas de estudio. Se considera beneficioso parar cinco minutos cada dos horas de estudio y también son convenientes rutinas de ocio tras la jornada en los que demos rienda suelta a algún hobby que se salga de la actividad puramente cerebral, por ejemplo el deporte.
En UNIE te explicamos algunos beneficios de un buen descanso nocturno en combinación con rutinas de reposo entre horas:
- Mantiene el estrés a raya: Nuestro cerebro agradece pausas y desconexiones que lo liberen del esfuerzo. El estrés es un enemigo íntimo del estudiante, especialmente en temporada de exámenes. Si se apodera de nosotros, es capaz de reducir mucho nuestras habilidades memorísticas.
- Fortalece el sistema inmunitario: Un sueño reparador y esos momentos de esparcimiento tras el estudio, evitan que caigamos enfermos o que nuestras defensas estén bajas, lo que redunda en un peor desempeño durante el estudio.
- Incrementa la concentración: La memoria, la concentración y la creatividad se benefician de horarios de sueño racionales. El cerebro ‘respira’ en el descanso y puede dar lo mejor de sí mismo si lo tratamos con amabilidad.
Consejos para descansar durante el estudio
Ya hemos visto la importancia del descanso en el estudio, sobre la que existe un gran consenso tanto entre expertos, profesores como los mismos estudiantes. Sin embargo, una cosa es la teoría y otra la práctica. Adquirir y mantener rutinas de sueño y de descanso entre horas no es sencillo, y es ahí donde fallan muchos.
Te damos algunos consejos para descansar, y sobre todo descansar bien, por la noche y en medio del estudio.
Cómo mejorar el descanso nocturno:
- Establece un horario fijo de sueño. La rutina es aburrida pero beneficiosa para el cerebro. Atente a unos horarios y procura saltártelos lo mínimo.
- Duerme un mínimo ocho horas. Es lo que, según los expertos, te permitirá rendir mejor. Ocho horas mínimo, aunque algún día sean siete, pero tampoco te pases durmiendo: diez horas de sueño no te ayudarán sino todo lo contrario. No se trata de dormir mucho, solo lo justo y necesario.
- No estudies hasta tarde. Deja los libros algunas horas antes de irte a dormir y no sigas estudiando hasta tarde. De noche ya deberías estar en la cama. Si estás relajado una vez te metas entre las sábanas, el sueño será de mayor calidad.
- No tomes mucho café y aparta el móvil. El café por la tarde o tomar muchas tazas puede ser un lastre para el descanso. A la cama hay que llegar cansado y con sueño. Por eso, también es bueno que dejes el móvil al menos media hora antes de dormir.
Cómo descansar en medio del estudio:
- Haz pausas cortas. Cada hora o cada dos horas, dependiendo de tus necesidades, levántate y tómate un descanso de cinco o diez minutos. Estos pequeños breaks evitarán que te agotes demasiado pronto. Pero cuidado con alargarlos.
- Sí a la siesta. Los expertos creen que la siesta puede servir para mejorar el rendimiento, pero, al igual que con los descansos, no conviene que sea demasiado larga.
- Mantén un hobby. Ya sea correr, andar o hacer yoga, el deporte y el esparcimiento juega un papel fundamental para mejorar el estudio y el descanso nocturno. Es preferible algún tipo de actividad física que cosas que impliquen atención, como la lectura o los videojuegos.
- Hazte un ‘despacho’. Estudiar en la habitación no es la mejor idea, puesto que se solapan el lugar de trabajo y el de descanso. Lo ideal es que los libros de texto no entren en tu cuarto y que tengas un despacho o una sala o mesa concreta fuera de la habitación para estudiar. Eso te permitirá saltar en mejores condiciones del estudio al descanso.